El asiento trasero

No se si se trata de una obsesión propia o si le pasa a todo el mundo, lo cierto es que cada vez que por azar me corresponde ocupar el asiento trasero de un auto, no puedo evitar que me aborde cierta sensación de resentimiento, de fastidio; es algo que me pone incómodo. Y no me refiero a los asientos traseros de los taxis y remises, en esos casos me da igual ir adelante o atrás, a veces hasta prefiero viajar atrás, porque suelo suponer que el taxista o remisero se siente algo incómodo si uno invade sin necesidad el asiento del copiloto. Lo que me molesta es ocupar el asiento de atrás de un auto particular, de amigos, familiares o conocidos, en especial si sólo viajan tres personas en el vehículo. Uno se ve obligado a enfrentar este tipo de situación por varios motivos: porque llegó tarde a la puerta del auto, porque el conductor pasa a buscar a su pareja y es inevitable cederle el lugar o porque simplemente lo pasan a buscar en segundo término (lógicamente el que ocupa el asiento del copiloto fue recogido al principio); también suele suceder que quien baja en el último lugar del recorrido previsto por el conductor reclame para sí el lugar del acompañante. No importa si el trayecto es corto o largo, no me gusta y punto.

El odiado lugar trasero
El odiado lugar trasero

Quien ocupa en soledad el lugar de atrás se encuentra sometido a una serie de circunstancias desventajosas y sumamente denigrantes. El ruido del motor, de la calle y, a veces, de la música que expele el equipo de audio, impide que uno escuche y sea escuchado con la misma claridad que el copiloto, por lo que debe resignarse a quedar excluido de la conversación o llevar a cabo esfuerzos adicionales por participar de la charla en igualdad de condiciones. A veces es necesario inclusive adoptar posturas ridículas e infantiles como asomarse por el hueco que dejan las cabeceras de los asientos delanteros, inclinarse hacia delante e incluso apoyar la barbilla en uno de los respaldos. Los otros de cualquier manera escuchan mal, y no es conveniente que el conductor voltee la cabeza, como mucho, y si lo que uno dice es muy interesante, quien maneja se limita a echar una mirada indirecta a través del espejo retrovisor, el copiloto, en cambio, mira hacia delante disfrutando de su posición privilegiada. De esta manera uno queda relegado a un segundo plano, postergado, termina por asumir un rol secundario y prescindible en la charla.
La cosa cambia si alguien más va en la parte posterior del vehículo, la charla indefectiblemente termina por dividirse en dos, no es necesario conversar con los de adelante o, al menos, se está en igualdad de condiciones con otro.
Esta es una de las pocas razones por las que, a veces, prefiero caminar.

 

20 Comentarios

  1. Ah… Y te olvidaste de mencionar lo incómodo que es saludar a las personas que va adelante, cuando son tres los que viajan, cuando a uno lo dejan en su destino… Uno no sabe si darles un beso desde el asiento de atrás, apretarles el hombro, saludarlos cuando esté abajo… Qué fastidio!

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  2. Pasaba a dejarle un saludo de FELIZ AÑO, QUE SALGA LO MAS LINDO QUE UD PUEDA y decirle que si bien hay veces no dejo comentario lo sigo leyerndo mucho. y me sigue gustado su forma de decir las cosas.
    Un cariño grande amigo blogger

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  3. Es verdad pero normal en los trios siempre queda uno descolgado, lo positivo? el q ceba mate es el copiloto, en caso de choque frontal sos el ultimo en volar, si el viaje es largo y el embole importante podes dormir comodo. O bien hacer lo mas sano y llevarte a alguien atras y generar un mundo paralelo

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  4. Hay que darte la razón. Yo, que no tengo auto, cuando ligo un viaje de favor, así sea en el asiento de atrás, pienso -como buen campesino emigrado-: «A caballo regalado no se le miran los dientes» Es un consuelo zonzo, pero es algo. La semana próxima te escribo así nos tomamos un café en el Varela Varelita

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  5. Por todas estas molestias que relatás, ahora mismo vas y te comprás un auto y, ya que estás me pasás a buscar por la oficina (yo no tengo problema en viajar en el asiento de atrás), y me depositás en mi house, vecino.

    Besos y mangazos

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  6. Yo igual!!!!!! Y más si es un pariente el conductor y como copiloto pone a algun amigo… se supone que a los parientes hay que tenerles más confianza… bah, ya ni se sabe ja

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  7. Es curioso, pero cuando en el trayecto de una salida en auto tres pibes pasan a buscar a tres pibas, normalmente, van 4 personas en la parte de atras, por lo que, al menos en el caso de mis amigos, es comun que se disputen un lugar en el asiento trasero, por «cuestiones logicas de la logica masculina». La cosa cambia cuando una de las amigas se sienta en la falda del copiloto, y el resto atras, en esos casos, y segun las «cuestiones logicas de la logica masculina» el mas desgraciado, es el piloto, que le resulta imposible llevar a alguien en la falda. No obstante, no dejan de ser ciertas las desventajas de viajar atras. Lo realmente incomodo son los acientos de los autos pequeños, que poseen formas hergonomicas diseñadas especialmente para dos personas, por lo que la persona que valla en el medio, va sentada sobre una zona levemente elevada del asiento, generando incomodidad que se acrecienta de forma directamente proporcional a la distancia del destino.

    Buen Post! Nos vemos.

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