Lecturas: Los amigos soviéticos

Corre el año 2008 en Buenos Aires. Un joven porteño de clase media, culto y con inquietudes intelectuales, traba amistad con Volodia y Serguei, dos inmigrantes rusos que crecieron durante el último periodo del régimen comunista soviético y asistieron a la caída del muro de Berlín. Desde los bares y pizerías porteñas o desde la terraza de un viejo edificio en el barrio de Congreso, los amigos asisten al enrarecido clima político y social que convulsionó a la Argentina a partir del conflicto entre el Gobierno y el campo. El narrador, interesado en ampliar sus conocimientos acerca del mencionado régimen, interroga a sus amigos acerca de diversos temas históricos, políticos y culturales. De esta manera obtiene información que va ampliando a través de búsquedas en Internet, recortes de diarios y revistas viejas adquiridas en librerías de saldo. Mientras tanto la violencia, la inseguridad, el apoyo de las clases medias urbanas a sectores rurales con altos ingresos y el clima político, son temas que no dejan de asombrar a los rusos, quienes juzgan todo a la luz de su experiencia histórica y marcan diferencias y paralelismos que resultan sumamente originales.

Terranova usa un lenguaje llano, casi coloquial, y le imprime a la novela un ritmo ágil que ameniza la lectura. La historia se desenvuelve sobre una estructura lineal bastante simple, con una trama sencilla y unos personajes cuya naturaleza apenas se intuye. Lo que dota de originalidad a la novela es, principalmente, la información que recaba el narrador motivado por la atracción que el régimen comunista ejerce sobre él. Pero esta suma caótica de contenidos, que envuelve al argumento aparentemente simple otorgándole densidad y  dándole cuerpo a la novela, no proviene exclusivamente de fuentes bibliográficas o enciclopédicas, tampoco está compuesta sólo por conocimientos meramente académicos y confiables ni versa sobre una disciplina determinada. Este corpus cultural se va construyendo con información diversa, sin demasiada categorización, despojada de jerarquías; en él confluyen estudios históricos sobre política, textos de dudosa procedencia sobre literatura y arte, información extraída de Wikipedia, videos de YouTube, resultados de Google, artículos de periódicos on-line, recortes de diarios actuales, de revistas viejas, rumores y anécdotas transmitidas en forma oral por los rusos. Todo parece tener la misma importancia: desde la pornografía, los dibujos animados o el consumo de tabaco durante el régimen comunista, hasta la historia de la primera mujer en viajar al espacio, los movimientos culturales y las versiones no oficiales sobre planes secretos de la KGB. Es una suma de información diversa, fragmentaria, imperfecta e incompleta que funciona como símbolo las formas modernas de acceso al conocimiento y refleja la actitud de una vasta generación ante el aprendizaje.

 

 

 

Juan Terranova
Juan Terranova

 

 

 

La narración está plagada de elementos y referencias que permiten realizar una lectura política, no sólo de la experiencia comunista en Rusia, si no también de la sociedad argentina actual y del régimen capitalista. El conflicto agrario, la manipulación de la realidad practicada por grandes medios de comunicación y la crisis internacional, son temas que sirven para contrastar el presente y el pasado desde lo ideológico, tarea que el autor no elude.

Estas características bastarían para hacer de Los amigos Soviéticos una excelente novela. Pero hay algo más que la convierte en una obra, a mí entender, singular: la construcción presenta pequeñas impurezas, como si fuese una costura mal terminada de la que sobresalen por momentos algunas hilachas que el lector puede seguir para verificar el material. Pero esta imperfección es aparente y deliberada, lo que hace Terranova es sembrar pistas, dejarle al lector esos hilos para que pueda tirar y desenredar la madeja, una forma de compartir con él los procedimientos para construir la narración, una invitación a participar de esa construcción, completarla o reformularla.

Esta apuesta me resultó particularmente interesante, sugiero hacer el ejercicio de imaginar cómo sería este libro en formato digital, seguramente sería un pdf o un blog plagado de links, ya que muchos de los textos, que resultan de esa suma caótica de material, citan su fuente en Internet, o están escritos en forma tal de incitar a quien lee a buscar esa información en la web emulando al protagonista. De esta manera el lector puede llegar fácilmente, por ejemplo, a la necrológica en El País de un referente del punk ruso (p. 61) o a un cuento futurista de Dneprov (p. 175), o la siguiente foto descrita con detalle (p.78):

 

 

 

Wittgenstein y Hitler
Wittgenstein y Hitler

 

Hay entonces una propuesta concreta sobre formas alternativas de producción literaria y otras maneras de leer literatura, además de la contribución al debate sobre la circulación del texto en Internet.

Los amigos soviéticos amerita múltiples lecturas y análisis más profundos que seguramente no tardarán en llegar. Yo, desde un lugar despojado de dogmas y de prejuicios, sólo quería dejar mis impresiones sobre la novela y recomendar enfáticamente su lectura. Creo que Terranova ha escrito un gran libro.

Relacionado:
Una excelente reseña de Alejandro Soifer en Pagina 12.
Más motivos para leer en Mavrakis y Valdés.
Primeros cinco capítulos de la novela on-line.

11 Comentarios

  1. Me gustó tu critica Maguila. A mi me paso algo distinto. Lei «Los amigos sovieticos» con muchas expectativas sobre la novela en particular y sobre la obra de Terranova en general (de quien sigo su blog ávidamente). Y lamentablemente me decepcionó. Capitulos y capitulos contando lo que busca el personaje en google, me dejaron la sensacion de un personaje demasiado artificial, que solo vive en el mundo de sus rusos y de internet, no trabaja, no respira casi, solo «rusea» todo el tiempo. El personaje es funcional a la idea q quiere transmitir el autor, a mi parecer. Y a mi al menos no logró tensionarme, nunca. Un libro en formato blog. Saludos!

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  2. @Nat
    Ante todo una aclaración: esta no pretende ser una intervención crítica, ni un análisis literario, tampoco una reseña. Eso lo hacen los críticos y los periodistas culturales. Esta es simplemente una opinión y una propuesta de lectura.
    Creo, como dije, que el libro admite varias lecturas, yo me centré en la que me parece más novedosa, en la propuesta que hace el autor en forma implícita. Otra forma interesante de abordarlo es hacer una lectura política, aquí también hay ideas detonadoras para reflexionar. Es un libro que se disfruta más con una lectura activa, que se completa con el lector, ese diálogo es el que me interesa rescatar.
    Creo que la trama es solamente una excusa para construir este artefacto literario, por ahí esa es la tensión que no encontrás en el argumento y ese personaje incompleto. Yo te recomiendo que hagas una relectura sentad@ frente a la máquina, completando esa información caótica. O bien que lo hagas trazando paralelismos y diferencias entre el régimen soviético y la Argentina del 2008. con un pensamiento político crítico. Seguro que lo disfrutás.
    Saludos y muchísimas gracias por pasar.

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  3. Gracias por contestar! Claro, lo mio es tambien una opinion (pero lo tuyo es tambien una critica, y creo q está muy bien que así sea). Leí la novela con un espíritu crítico, con mis propias ideas sobre la política y la cultura de la URSS y de Argentina08, las mezclé con las de Terranova, confrontamos en algunas cuestiones, y estuvo muy bien. Pero (como vos en algun sentido decis) se me hace que los personajes y la trama son excusas para construir ese artefacto literario… y creo que justamente por eso ni los personajes ni la trama me conmovieron. En literatura, busco realidades paralelas, no artefactos. Mundos reales, como decia Castillo. Yo que sé, cuestión mia quizás. Sobre gustos… Saludos!

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  4. Maguila y Luciano: La fe ciega se edita en la Argentina el año que viene. Por el momento mandaron algunos libros, y se puede comprar en Temátika y Yenni, por Internex. Alguna gente ya lo compró, pero la edición es española. La única diferencia será el precio y el momento de tenerlo. Ahora es más caro. No tengo suficientes libros, si no te daba uno, Magui, para que comentes en tu blog. Abrazo.

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  5. Master, gracias por su halago a mi poesía. Pero este poeta de opereta, no pretende engañar…soy un equipo chico q se agranda en cualquier cancha, pero equipo chico al fin. ¡Jajaja¡.
    Me sorprendió la reseña de hoy. La idea de Tarranova me parece absolutamente innovadora. Además exalta un tema que Fukuyama pretendió tapar con metros y metros cubicos de tierra, no pudo. Ahora, sin ser amigo de los odiosos K, no puedo olvidar ni por un segundo tambien mi visceral inquina hacia los patrones «roquistas» enquistados en la dirigencia campera, amnésicos de un pasado y un presente que no puede ni debe mezclarse con su discurso patriotero y vil. (bue, me salió el D’Elia de adentro, plop¡¡¡). En fin, acá en Mza. material tan innovador es absolutamente imposible de conceguir.
    Saludos.

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