Escrita entre 1951 y 1953, esta novela corta de Burroughs fue publicada recién en 1985 y es el eslabón entre su primera novela “Yonqui”, y “El almuerzo desnudo”. Si bien el estilo narrativo ágil y llano la acercan a su primer libro, ya hay rasgos, imágenes, situaciones y paisajes que pueden ser tomados como antecedentes de lo que después será “El almuerzo desnudo”, inclusive empiezan a aparecer escenarios que hacen pensar en la famosa “interzona”.
El protagonista es Lee, el mismo yonqui de la novela anterior. Aquí está detrás de Allerton, un muchacho frío e indiferente del que aparentemente Lee está enamorado. Allerton se entrega sin mucha convicción ni entusiasmo a relaciones sexuales ocasionales, pero Lee pretende más que eso y, en su desesperación por conseguir el afecto del joven, busca comprarlo. Así, emprenden juntos un viaje hacia Latinoamérica en busca de la yague o ayahuasca, una planta a la que Lee atribuye poderes telepáticos. Este viaje es un contrato según el cuál Lee financia todo, y Allerton a cambio debe mantener relaciones dos veces a la semana con él.

Sin embargo la temática no es estrictamente homosexual como el título de la novela podría hacer pensar, se trata de una novela sobre el amor no correspondido, sobre el comportamiento de los norteamericanos en Latinoamérica y sobre el síndrome de abstinencia (esto tal vez la convierta en una buena secuela de “Yonqui”). Los paisajes son sórdidos bares y sucias piezas de hotel de México, Panamá y Ecuador, las escenas, no carentes de ácido humor de Burroughs, y los diálogos son grotescas representaciones del universo que se irá desarrollando en las novelas posteriores del autor.
No sé si se trata de un libro imprescindible, pero vale la pena leerlo.
Buenos Aires, Diciembre de 2011