La obra de Néstor Sánchez, compuesta de cuatro novelas extraordinarias y un libro de relatos maravilloso, sólo con eso le alcanza para erigirse como uno de los más singulares exponentes de de la literatura argentina; no sólo por el talento para la escritura que se refleja en cada uno de los textos que componen esa obra, sino también por el proyecto estético que se propone. Sánchez decía que la poesía “no se le daba” y por eso creó su propio género y lo llamó novela poemática, novelas que buscaban desbaratar los procedimientos tradicionales de escritura (argumentar, tramar, construir diálogos y personajes, etc.) y las formas decimonónicas de narrar. La ruptura con las categorías habituales de narración lleva muchas veces los textos hasta el límite del sentido y lo acerca mucho a la poesía. La búsqueda de posibilidades sonoras del lenguaje y la experimentación con el ritmo y la cadencia de los textos toman el protagonismo, relegando el hilo argumental a un segundo plano. Esta característica, que se vislumbra en Nosotros Dos, se profundiza en “Siberia Blues” y se radicaliza a partir de “El amhor, los orsinis y la muerte”, ha hecho que se relacione la literatura de Sánchez al jazz.
Si el jazz es el estilo más adecuado para describir con una analogía musical la obra de Sánchez, el tango es sin dudas el ritmo que mejor sintetiza a Nosotros Dos. Esa cadencia melancólica y la pátina de nostalgia tanguera que tiñe toda la novela, junto a la experimentación con el lenguaje y los procedimientos narrativos, y a los oportunos elogios de Cortázar, transformaron, de forma engañosa, a esta novela en una especie de hermana menor de Rayuela. Se llegó incluso, en algunos círculos, a intentar la inclusión de Sánchez en el célebre panteón llamado boom latinoamericano. Pero sus libros posteriores se encargaron de derrumbar esta intención, lo de Sánchez no era la literatura de grandes masas. Él podría haber aprovechado ese padrinazgo de Cortázar para transformarse en autor de moda, vender mucho y ser reconocido, sin embargo prefirió seguir con su proyecto estético, un proyecto artísticamente más ambicioso. Néstor Sánchez se reía del boom, de la solemnidad y de los “escritores comprometidos”.

Pero volvamos a Nosotros Dos, efectivamente la lectura de la novela remite a Rayuela por el barniz nostálgico, por las fugas y digresiones, y por los saltos de primera a segunda y/o tercera persona. Pero la búsqueda es otra, el personaje no busca, como Oliveira, a una Maga, si no que ya la ha perdido y se contenta con recordarla. Clara (la Maga de Nosotros Dos, es una muchacha terrenal, que vive en Banfield y su hijo no ha muerto. No hay grandes tragedia, la única tragedia es cotidiana y banal, similar a las que vivimos todos: la que angustia por un pasado perdido, el transcurrir inexorable del tiempo que nos empuja cruelmente hacia adelante. El personaje de Nosotros Dos, recién llegado del Uruguay se encierra en un pequeño departamento de Buenos Aires y, como un personaje de Beckett, se limita a recordar. Recuerda a sus amigos, a las mujeres que lo cobijaron, rememora sus incursiones en las noches porteñas, sus inicios en la literatura y, sobre todo, a Clara y a su hijo de quienes, aparentemente, se ha separado antes de irse a Uruguay.
Los temas de la novela son los recurrentes en Sánchez: Buenos Aires, los márgenes, el lumpenaje, el tango, la literatura, los bares y el amor. En todo caso no importan mucho estos temas, Sánchez no pretende desarrollarlos, los utiliza de soporte para escribir, los retuerce, los estruja, los pone a prueba y saca de esos experimentos textos extraños y maravillosos. El lector sólo debe entregarse a la experiencia estética, liberarse de la cárcel del argumento, dejarse llevar por la música de la escritura y gozar. Éste y los otros libros de Sánchez se tratan de eso: gozar con la experiencia estética.
Supongo que los lectores de poesía se acostumbrarán más rápido a Sánchez que los aficionados a la novela tradicional, sin embargo no se trata de literatura de elites, cualquier lector que logre vencer esa necesidad artificial de trama literaria, va a disfrutar mucho de la experiencia de leer a Sánchez, y después de eso no hay vuelta atrás. Nosotros Dos es el texto ideal para entrar en el universo de uno de los mejores escritores argentinos del siglo XX.