Lunes: Tanto la Presidenta de la Nación, como el ministro de economía Remes Kicillof, han logrado, aparentemente, que todo este tema del default los favorezca en términos políticos. Las encuestas indican un aumento en la imagen positiva de ambos en las últimas semanas. Leo sobre una supuesta malvinización de este tema, término que busca trazar un paralelismo con el inicio de la guerra de Malvinas en 1982, a partir del cuál el dictador Leopoldo Galtieri logró, apelando al nacionalismo frívolo de la sociedad, convertir aquella estupidez en una gesta histórica y, de esa manera, mejorar (por un par de meses) su imagen pública y la del régimen genocida que lideraba. Creo que la comparación es absurda y oportunista, Cristina no tiene nada que ver con Galtieri y el default no tiene nada que ver con una guerra. Pero es cierto que de nuevo se apela a la estupidez chauvinista que, evidentemente, persiste en nuestra sociedad. Por eso me da la impresión de que este problema no se va a solucionar mientras les rinda en términos políticos, por eso bloquearon el plan B que habían diseñado Fábregas, Capitanich, Zanini y ADEBA. Estamos en default (o griefault, o como quieran llamarle a la cesación de pagos) porque les sirve: Cristina volvió a sus stand-ups por cadena nacional y a las inauguraciones falsas de obras de utilería, la oposición se volvió a esconder, la chicana del giro a la derecha quedó sin efecto y Boudou ya no es el personaje del momento. Encima suben un poquito en las encuestas. Al final, Griesa, con su fallo absurdo, les hizo hacer un negoción político.
Martes: Miro Tinelli mientras leo Twitter, la mitad de los twitts hacen referencia al programa. Tinelli se ha convertido en una de las personas más poderosas de este país. Supongo que por eso lo descalifican. Hace ya bastante tiempo circula entre ciertos sectores de la sociedad argentina un prejuicio que se convirtió en cliché: El programa de Tinelli es una mierda. La crítica, cuyo origen supongo proveniente de algún intelectual mediático, se propagó y se instaló rápidamente, sobre todo entre la clase media alta hiper-escolarizada, y es exhibida en forma permanente como símbolo de inteligencia por individuos que, a pesar de no haber leído un libro entero en su vida, porque estudiaron sus carreras universitarias con fotocopias de cuadros sinópticos, se consideran cultural e intelectualmente superiores a la media de la población. Pero salvo esos alardes fraudulentos, la mayoría coincide en que Tinelli hace el programa más importante e influyente de la televisión argentina. Que nos guste o no es otra cosa, una apreciación que pertenece al terreno de la subjetividad, te gusta mucho, poquito, nada, punto, eso no te hace mejor ni peor.
Tinelli, en los 25 años que lleva como conductor de TV ha hecho programas de todo tipo: presentación de bloopers yanquis, cámaras ocultas, chistes callejeros, concursos de chistes, concursos de canto, patinaje y baile. El éxito de su actual formato reside en que permite creer en la materialización de cierta utopía: la gente más imbécil, mediocre y carente de talento también puede tener éxito si él le hace la gamba. Y me parece fenómeno.Supongo que por eso muchos políticos se matan por estar ahí, le atienden el teléfono a cualquier hora y se someten, como Insaurralde el otro día, a la humillación de convertirse en marioneta de este nuevo zar de la tele.
Miércoles: Primero el Mundial. Después el fracaso en la negociación con los buitres, el default que el kirchnerismo logró hábilmente capitalizar y transformar en una victoria épica. Después la providencial recuperación del nieto de Estela de Carlotto. El kirchnerismo, como dice Asís, se explica por sus recuperaciones. Remontó el 2009 y buscará remontar, a partir de el este contexto, el 2013. La oposición ayuda a esta potencial recuperación porque no logra articular una propuesta concreta ni se le ocurre una agenda para imponer y se dedica a chicanear por TV. La clase política argentina nunca superó la crisis de representatividad del 2001, por eso no hay alternativas de peso al kirchnerismo y por eso el grupo Clarín se ha hecho cargo, aún sin proponérselo, de liderar a la oposición. No me simpatiza mucho este gobierno, pero yo no lo daría por muerto. Archivaría los argumentos de «fin de ciclo». Al menos por ahora.
Jueves: Apenas pasado el mediodía casi todos los medios de cierto prestigio de Mendoza (con excepción de El Sol y un par de portales menores) informaban sobre la muerte del intendente de la Ciudad Victor Fayad. El deceso efectivamente se produjo, pero dos horas más tarde. Es decir que, en el momento en que se dio la «primicia», la información era falsa. Que el hecho se haya producido efectivamente más tarde, distrae un poco la atención pero no los exime del error. La mayoría se hicieron los boludos, MDZ pidió disculpas, algunos ensayaron tímidas e inverosímiles excusas, o acusaron directamente a funcionarios y partidos políticos. El incidente reaviva algunos debates sobre el papel del periodismo. Personalmente creo que están de más los argumentos basados en principios éticos, no creo que la responsabilidad del periodismo tenga un alcance tan profundo, al menos no en este caso. por lo tanto descarto las objeciones morales. Pero cambio sí creo que las redacciones y las producciones de los medios pagan diariamente los costos de la falta de profesionalismo y capacidad. Supongo que la degradación profesional es una forma de ahorrar costos. A esos pibes con escasa formación y capacidad, que trabajan 12 o 15 horas por un sueldo pequeño no se les puede exigir demasiado. No sé si hay debate posible aquí, los dueños de los medios, supongo, saben lo que hacen para maximizar ganancias y atraer audiencias.
Pero finalmente Fayad murió. Fue un gran dirigente y, a mi entender, el mejor intendente que tuvo la Ciudad de Mendoza en su historia. Le cambió la cara a la ciudad, la transformó y la hizo atractiva. Una pena.
Viernes: Repaso algunos tramos del discurso presidencial de ayer. La parte de la homilía en que la Presidenta explica (mal) la economía argentina y mundial es realmente llamativa y curiosa, pero también reveladora, porque refleja el paradigma sesgado que ha dado origen a todos los errores de política económica de los últimos 3 años. En primer lugar el diagnóstico que hizo Cristina de la coyuntura económica mundial es absolutamente erróneo ya que se basa en datos directamente falsos. Pero lo más curioso es la evaluación que hace de la economía argentina. La Presidenta dice que el pilar de la economía es el consumo interno y que «fue lo que nos salvó durante la última década«, algo absolutamente falso, ya que lo que nos salvó fue la suba en los precios y la demanda del alimento para cerdos orientales (más conocido como soja), que produjo un flujo de divisas hacia el país que permitió financiar no sólo el consumo interno, si no también planes sociales, obra pública, sueldos de jóvenes Ni-Ni VIP de La Cámpora, la importación de energía y de insumos para industrias sumamente ineficientes, pero intensivas en mano de obra, como la automotriz entre otras cosas. Pero el consumo interno tiene como límite la oferta de bienes y servicios, que a su vez tiene como límite la inversión y la importación de insumos y equipamiento, que a su vez tiene como límite la cantidad de divisas, que a su vez tienen como límite el cepo, el déficit energético y la deuda pública. Y el precio de la soja, que se cae. Lo mismo de siempre, el viejo Stop&Go de la economía argentina, la demanda agregada encontró su límite y se agotó el modelo keynesiano, es hora de hacer políticas de oferta. Ahí reside el error del discurso y las políticas de este gobierno. Sobre los anuncios de políticas concretas no hay nada distinto: seguir imprimiendo billetes con la Epson de Boudou. No creo que Cristina tenga la culpa de las barbaridades que dijo ayer en materia de análisis económico, supongo que le mienten o la asesoran mal. Tener al ministro de economía más pelotudo de la historia no es gratis.
Sábado:
– Me acordé de este poema de Ferreira Gular.
– Me gustaron dos textos sobre Gombrowicz: el de Paul Friexa Terradas en Ñ y el de Gonzalo León en Perfil.
– Libros para leer durante un año entero: «Ulises» de James Joyce. «Borges» de Bioy Casares. La Broma Infinita, de David Foster Wallace. «Contraluz» de Thomas Pynchon. «Los Sorias» de Alberto Laiseca. Todos tienen muchas páginas y todas esas páginas pueden permitirle al lector demorarse, releerlas, pensarlas. Sí, hay más, pero esos 5 me llevaría yo a una isla desierta.
-Es sábado no pidan más.
Domingo: Por suerte para algunos, entre los que me encuentro, volvió el fútbol a la Argentina. Un bálsamo para el absurdo y la depresión crecientes de los fines de semana. Godoy Cruz y Central empezaron bien: ganando. Racing también ganó y jugando muy bien, diría que «si juega así es firme candidato», pero Racing es Racing. Independiente también ganó jugando bien, hacía cuatro o cinco años que no veía un equipo de Independiente tan claro y contundente, candidatos también. River jugó mal, metió un gol al final y le empataron en el descuento, mala suerte sí, pero no tiene nada Gallardo, River no incorporó casi jugadores y se le fueron varios, no hay que dramatizar si juega mal, está en transición. Pero la noticia fue otra vez Boca y, como es normal a esta altura, lo es por la derrota. Newell’s es un buen equipo, prolijo e inteligente, Boca en cambio es una sombra de lo que era con Falcioni, o sea: un desastre. Que haya ganado Argentinos con gol de Riquelme es anecdótico, pero le permitió zafar a Bianchi de las puteadas. Es difícil putear a la deidad futbolística que le hizo ganar todo a Boca hace poco más de una década, el hincha lo sigue cuidando, no quiere que su historia se actualice, lo más fácil es putear a Angelici teniendo en cuenta que Riquelme dice haberse ido de Boca por él, pero en el fondo todos sabemos que la responsabilidad no es exclusivamente de la dirigencia. Si pedís 7 refuerzos, te los compran y sólo ponés a uno de titular, algo anda mal; si jugás con la misma base del campeonato anterior, no podés esperar que te vaya mucho mejor (terminemos con la mentira de Boca subcampeón, eso fue azar, Boca quedó afuera del campeonato pasado en la fecha 6), si en la Bombonera jugás con tres 5 (Gago, Erbes y Bravo), no le eches la culpa a los delanteros por la falta de gol. Dejémonos de joder, en serio, los diseños tácticos envejecen y los técnicos se tienen que retirar a tiempo. Está bien, sigamos puteando a Angelici un tiempo más, pero por lo bajo todos sabemos que los responsables del presente de Boca son más de uno. A Bianchi lo vamos a seguir bancando, nadie le saca lo que ganó, es un símbolo, una estatua; y precisamente por eso, por que lo bancamos tanto, es mejor que deje la dirección técnica de Boca, para seguir siendo ídolo y que no le pase como a Lorenzo y Tabárez. Pero esto recién empieza, esperemos un par de fechas.
Buena semana para todos.