Lecturas: Hijo de Jesús

En las aclaraciones finales el traductor, Rodrigo Fresán, advierte sobre ciertas dificultades en la traducción del libro, por los cambios de espacio y tiempo que suceden permanentemente a lo largo de los 11 relatos que lo componen, a pesar de eso la traducción es bastante decente, aunque probablemente se pierda algo en el camino, como sucede en toda traducción. Fresán también habla de una «novela de relatos» y aunque yo leí el libro pensando que se trataba de textos independientes, en perspectiva pienso que es bastante probable que los protagonistas narradores de todos los relatos sean el mismo, en todo caso es lo de menos.

El o los narradores de estas historias y la mayoría de los personajes que aparecen en ellas son personas perturbadas con grandes dificultades para relacionarse y para habitar el mundo, drogadictos, borrachos, ladrones de poca monta y parias protagonizan todos los relatos. Los paisajes son lugares decadentes como hospitales públicos, basurales, suburbios marginales, bares de mala muerte y hoteles baratos.
Se narra desde la primera persona, desde la subjetividad de personas perturbadas y alucinadas por las drogas y el alcohol, por lo que las narraciones empiezan en un lugar y están llenas de digresiones que las hacen saltar de una a otra escena de las realidades o la memoria (nunca se sabe) del narrador. Las dificultades se extienden a la construcción de sentido y a la posibilidad de hilvanar un discurso coherente, por lo que se trata de relatos fragmentarios que sin embargo dejan entrever lo miserable de esas vidas signadas por la pobreza y la violencia que en algunos momentos crece hasta volverse natural. El absurdo atraviesa todo el libro y les da un tinte a veces humorístico y a veces triste a las escenas. Pero a veces hay un aire fresco, una luz de esperanza que aleja un poco de la desesperación y la muerte a los personajes, hay posibilidades de amar o de redimirse, aunque nunca se concretan.

A pesar de ser una traducción se nota bien el talento del autor para utilizar el lenguaje coloquial y limitado de los personajes combinándolo con ciertos giros y construcciones de cierta belleza poética, sobre todo en las descripciones de ciertos paisajes. Hay algo en estos textos que los hermana, en ciertos pasajes, a algunas narraciones de Beckett, tanto por los personajes como por los destinos que éstos tienen, por su comportamiento y por la forma de ver la vida. Sería como si Johnson hubiese agarrado a los personajes de Beckett y los hubiese llevado a la América de fines de siglo XX.

Heredero de Henry Miller, de Borroughs, de Bukowski y de Carver, Denis Johnson parece ser el beat del siglo XXI. Este libro de relatos es ideal para conocer una literatura que muestra el lado oculto de USA, el que no se ve en las películas y se sugiere en «Crónicas de la américa Profunda» de Joe Bageant. Me gustó mucho.

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