Lecturas: La Soledad del Lector

El título original de este libro es Reader’s Block, supongo que en inglés tiene sentido el juego de palabras con block de bloqueo y block de cuaderno que evidentemente se perdería en la traducción al español, de ahí, intuyo, la decisión de dejar al lector en el título y cambiar bloqueo por soledad. En todo caso no me interesa mucho averiguar eso, por lo demás la traducción de Laura Wittner parece ser excelente, como todas las de La Bestia Equilátera.

Se trata de un libro compuesto por pequeños fragmentos correspondientes a la propia narración, a anécdotas históricas, citas, subrayados, pequeñas aseveraciones (Fulano se suicidó, Mengano era antisemita) y mínimos bloques de información que a veces se repiten como un mantra (Nadie viene, nadie llama). Hay dos personajes principales: El Lector y El Protagonista. El primero vive en las inmediaciones de un cementerio, el segundo en una playa, ambos están solos, esperan, tal vez leen, subrayan, toman notas, o tal vez no, tal vez los fragmentos sólo están ahí, como relleno, nada es seguro porque en vez de novela hay apuntes sobre la novela. ¿El Lector es el autor de El Protagonista? ¿Es el mismo Markson? ¿Somos los lectores del libro? Tal vez todo eso.

Hay mujeres misteriosas, en el cementerio y en la playa, enfermedades pasadas y presentes, hijos, un pasado misterioso, relaciones supuestas de El Protagonista con algunas celebridades históricas, pero todo es un bosquejo, ideas que no terminan de concretarse, lo único cierto es la soledad, una soledad y un aislamiento aparentemente voluntarios. Y de fondo la cita, la anécdota, la referencia, tal vez sea demasiado amplio el espectro histórico de estas citas, tal vez se referencie demasiado en una «alta cultura» que lo hacen parecer pedante, sin embargo, como procedimiento funciona muy bien.

Algunos de los fragmentos del libro parecen dar pistas sobre sí mismo, por ejemplo: «¿Una novela de referencias y alusiones intelectuales, por así decirlo, pero casi sin novela?» o «¿O tal vez la ausencia de progresión narrativa más ese esquematismo de circuitos cruzados la conviertan en una especie de poema?» Así, tal vez las claves de lectura de la novela esté en la misma novela. O tal vez este libro no sea una novela, quizás es solo el bloc de notas de un lector que está solo. No se sabe, pero la verdad es que tampoco importa, porque la lectura es muy estimulante y una vez que se entra en el libro uno tiene ganas de quedarse ahí, de salir de la realidad e irse a vivir al texto. Y eso sólo lo logran los buenos libros.

Seguramente Markson no es el primero ni el último en utilizar este tipo de procedimiento fragmentario, pero lo hace bien, fragmentos aparentemente si relación van produciendo sinapsis entre sí ofreciendo nuevos significados. En una época de lectores acostumbrados a consumir información en pequeños bloques desechables, tal vez La Soledad del Lector ofrezca caminos alternativos para la lectura y la escritura de novelas. Excelente libro, por momentos me parecio genial.

Mendoza, Julio de 2018

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