Creo que ya mencioné un par de veces este libro en este blog, pero a veces vuelvo una y otra vez sobre él. La verdad es que había decidido no escribir más notas de este tipo sobre libros de poesía, con la poesía me sucede algo extraño: se me escurren los argumentos, la disfruto pero no desde la racionalidad, es algo más visceral, menos concreto. Sin embargo tenía algunas notas perdidas por ahí sobre este librito de Raimondi que salió hace varios años por Vox y que hace poco editó de nuevo Neutrinos, y quería subirlas acá para que no se me pierdan.
Gaius Valerius Catullus, más conocido como Catulo, fue un poeta latino que vivió en lo que hoy sería Verona, entre los años 84 a.c. y 54 a.c. Los escasos 30 años de vida le alcanzaron para escribir 116 poemas, 24 de los cuales están en este librito con traducciones libres y rioplatenses de Sergio Raimondi. Los textos incorporan coloquialismos, expresiones que podrían atribuirse al habla cotidiana y tópicos variados que van desde la muerte de un gorrión hasta la diatriba contra sus enemigos, mucho más llanos que los temas de la poética mitológica y épica de la tradición griega. En ese sentido su poesía es innovadora y me hace pensar que la célebre «literatura del yo» no es ninguna novedad y que algunos “jóvenes” poetas argentinos le afanaron mucho a Catulo. Se trata de poemas que parecen concebidos por una mente lúdica y a la vez suponen un trabajo minucioso sobre cada verso para lograr un tono liviano y espontáneo conservando toda la complejidad y riqueza poética de un poema “serio” mediante el uso cuidadoso de la métrica, la aliteración, la rima y el ritmo.
Sobre la obra Catulo pesan siglos de traducciones pudorosas que, regidas por la moral católica, ejercían una especie de censura consistente en adulterar de manera grosera algunos versos e inclusive omitirlos. En este libro está uno de los poemas que más dolores de cabeza provocó entre esos remilgados traductores antiguos, el poema 16, que empieza diciendo “Pedicabo ego vos et irrumabo / Aureli pathice et cinaede Furi, /” cuya traducción en la versión de Raimondi es: “Los voy a coger y me la van a chupar, / Aurelio pajero y Furio maricón, /”, que podría tener alguna que otra variante, pero como el latín es tanto más exacto que el español y deja muy poco lugar a controversias, no podría cambiarse mucho el sentido de lo escrito sin falsificar el poema y por eso, supongo, este poema estuvo totalmente censurado durante varios siglos.

Pero al margen de esas interesantes anécdotas históricas, la lectura de Catulo en este tipo de traducciones es estimulante e invita a volver a la literatura antigua con interés, de hecho por momentos me parece que Catulo es mucho más innovador que algunos poetas contemporáneos. La traducción libre de Raimondi usa el español rioplatense e incorpora varios coloquialismos locales, además de ciertas astucias (como el uso de diminutivos, o el sutil desplazamiento de un vocablo hacia otro verso) que revigorizan y resignifican el sentido de cada poema, actualizándolos hasta dotarlos de una singularidad que los vuelve novedosos y audaces inclusive si se los compara con exponentes de la poesía contemporánea.
Se trata traducciones que hizo Raimondi cuando estudiaba letras en la Universidad Nacional del Sur. El libro tiene además un prólogo escrito para la primera edición y un posfacio de 2016 del mismo Raimondi, que relaciona la traducción con la censura y proscripción del peronismo y le otorga al libro cierto peso y espesor político.
En suma, se trata de un buen librito de poemas, divertido y sorprendente que tiene la virtud de reconciliar al lector con la poesía antigua.
Mendoza, Noviembre de 2018