Esta es, creo yo, la mejor novela de Alan Pauls, la más ambiciosa y compleja. Está llena de historias y personajes paralelos y la trama, sin dejar de ser realista, coquetea con varios géneros y se desdobla continuamente. Por esta novela Pauls ganó el premio Herralde en 2003. Es el tipo de novelas que me gustan: larga, ambiciosa, desafiante, ecléctica, divertida y, sobre todo, muy bien escrita.
El personaje principal de El Pasado se llama Rímini, no sabemos si es el nombre o el apellido, pero todos, incluso el narrador omnisciente, lo llaman Rímini. El libro empieza cuando se separa de su novia de toda la vida, Sofía, después de 13 años de relación. Lo que al principio parece la reconstrucción de una vida sentimental se va transformando en una pesadilla. Sofía aparece una y otra vez en distintas circunstancias en la vida de Rímini. Éste intenta rehacer su vida, tiene amantes, parejas nuevas e incluso un hijo, pero Sofía siempre aparece y cualquier intento de reconstrucción se arruina. Esa es básicamente la trama, pero es una novela larga, descriptiva, con matices, historias paralelas, flashbacks, largas digresiones e incluso una extraña nouvelle incrustada en el medio del libro que relata el destino de una obra de arte perdida de Riltse, un artista plástico de culto admirado desde siempre por Rímini y Sofía. Hay paisajes de Buenos Aires fácilmente identificables que sirven como escenario de toda la trama y también hay un contexto que va descubriendo las miserias de un vasto sector de la clase media y alta de la ciudad. Hay mucho más: hay suspenso, hay humor, hay amor, hay escenas grotescas e incluso en algunos momentos la trama coquetea con otros géneros como el terror, la fantasía y la ciencia ficción esotérica. Por eso es un gran novlibro, parece que hay lugar para todo en El Pasado.

Es una novela larga, de párrafos largos, de descripciones largas, de mucha digresión y sumamente detallista, y sin embargo nunca aburre, nunca decae, mantiene el ritmo y el interés en todo momento, es una lectura amena, carente de complejidades más allá de las intrincadas historias que se van superponiendo. El estilo de Pauls es inconfundible: oraciones largas, párrafos larguísimos y descripciones minuciosas, además de un lenguaje claro pero elegante y rico.
Bueno, la novela ofrece mucho más que eso. Hay destinos cruzados, hay algunos elementos que funcionan como metáforas, hay símbolos culturales la Argentina de finales del siglo XX fácilmente reconocibles, hay alguna referencia política velada y sobre todo hay mucha ambición de narrar. Leí por primera vez esta novela en el año 2007, cuando la compré, en ese momento me gustó, y me pareció que se trataba de una historia de amor muy bien relatada. Hoy, al releer el libro, creo que se trata de mucho más que eso, es una novela sobre la separación, la ruptura, las dificultades para olvidar y la imposibilidad de que el pasado quede atrás. Tal vez debí atraveser la dolorosa experiencia de la separación para entender eso, pero lo cierto es que El Pasado es mucho más de lo que percibí en la primera lectura. Es una de las mejores novelas argentinas de principios del siglo XXI. Desde entonces ha habido pocas obras tan ambiciosas.