Lecturas: Vía Revolucionaria

Richard Yates es un caso singular en la literatura norteamericana. Tras un éxito moderado en vida de sus libros, los mismos desaparecieron del mercado tras su muerte a principios de los 90′. La re-edición de su obra y su devenir en autor de culto se debe casi exclusivamente a un artículo de Stewart O’Nan en la Boston Review a fines de 1999: «The Lost World of Richard Yates». A partir de ese momento sus libros comenzaron nuevamente a aparecer en distintas ediciones y traducciones y su obra volvió a ser leída. En el mencionado artículo O’Nan indaga en las razones de la invisibilidad de la obra de Yates y pone al autor a la altura de Salinger y sus contemporáneos Updike y Cheever.

Después de leer su novela emblemática Vía Revolucionaria queda claro que precisamente allí, en las similitudes con sus contemporáneos, se encuentran las razones del olvido de su obra. Los temas de Vía Revolucionaria tienen mucho en común con gran parte de la narrativa de un monstruo como Cheever (hay cierto parentezco, incluso con Bullet Park) y con las primeras novelas de un fenómeno como Updike. El núcleo de Vía Revolucionaria es el absurdo y el vacío espiritual del progreso material durante la post-guerra americana, especialmente durante los 50′, el lado oscuro del «american way of life». Algo que no sólo Updike y Cheever hicieron, si no que se volvió recurrente en autores de la generación siguiente como Roth, Richard Ford e incluso Raymond Carver. Yates queda eclipsado por Cheever, Updike y el Salinger tardío de Franny y Zooey y fue reescrito por Roth, Ann Beattie, Carver y Richard Ford. Tal vez en la historia (y en el mercado) no haya lugar para todos, o tal vez su obra tuvo, durante sus años de silencio, simplemente mala suerte.

Vía Revolucionaria no es Bullet Park, no es ¡Corre Conejo!, el estilo de Yates tiene menos brillo, consiste en una prosa detallada, analítica y algo lenta para construir una narración cruda y triste que, además de retratar esa época cuya estética ha cobrado, gracias a Mad Men, visibilidad en los últimos años, nos habla de los límites, de la extinción de los sueños, de las frustraciones personales y de los peligros del matrimonio. Es, en ese sentido, un libro que mantiene su vigencia. A tal punto que se hizo una película hace poco en base al argumento de esta novela.

Via Revolucionaria

El argumento en torno al cual se estructuran todos estos temas, narra la historia de los Wheeler, una familia típica del New York de los 50′. Tienen una casa en los suburbios, un pasar económico tranquilo y relaciones sociales sólidas con sus vecinos, de quienes se ríen y buscan diferenciarse a pesar de ser el mismo tipo de vida. Frank (el personaje mejor logrado) ha sido parte del ejército y en su juventud era considerado una gran promesa intelectual por sus amigos, pero un embarazo en un mal momento, el matrimonio y las obligaciones lo han llevado a buscar un trabajo kafkiano en una gran corporación. Su vida de ejecutivo medio consiste en ir y venir en tren al centro de New York para pasar jornadas soporíferas en una gris oficina a cambio de mantener su nivel de vida en los suburbios. Su esposa April es una huérfana de clase alta devenida en madre y ama de casa a tiempo completo, la vida acomodada que lleva no le satisface y vive buscando una salida (pienso que quizás este personaje inspiró a Betty Draper de Mad Men). Tras el fracaso de una obra de teatro montada por el grupo de aficionados que April ha conformado para mitigar el tedio, entra en una crisis profunda y le propone a Frank dejar todo e ir a vivir a París, para que ella trabaje mientras el recupera su destino trunco de intelectual. Pero Frank empieza a dudar si esa vida que durante su juventud creyó su destino malogrado, no es en realidad una simple fantasía y empieza a dudar ante la propuesta de un ascenso en el trabajo. Yates lleva el argumento hasta el punto en que el derrumbe es inevitable y, efectivamente, sucede, trágico, de la peor manera. Aviso: es una novela triste, pero vale la pena.

Comparado con Updike y Cheever, Yates es sin dudas un escritor menor, con un estilo menos depurado y una escritura más llana, pero Vía Revolucionaria es un libro que aún hoy, 60 años después, conserva vigencia y poder de fuego emocional. Algo debe tener entonces.

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